lunes, 26 de agosto de 2013

Cuentos

Solo tenemos que creernos nuestros propios cuentos, pues realmente vivimos en ellos.



Un mundo

Un mundo que solo es posible en tus sueños, en un espacio tan grande como tu mente y con una fuerza tan impresionante como tu alma.


...

Tranquilidad...



Un artista necesita ser melancólico para crear sus obras, solo en ese estado se puede ver el mundo desde un punto de vista más profundo, con más sentimientos.

Así tenemos algo que añorar, algo que soñar y algo que nos hace pensar que llegaremos a la felicidad, te inspira incluso. Yo pensando un poco sobre la felicidad hace un par de noches de insomnio llegué a la conclusión de que no queremos ser felices, sí han leído bien, NO queremos ser felices ¿Por qué? Hace un tiempo aprendí de alguien, de una luz fuerte que a pesar de fuerte, no era feliz, me enseñó que el ser humano no busca ser feliz, lo que nos gusta es el camino que nos lleva a ser felices más que ese final que anhelamos. Parece una locura o atrocidad decir esto pero poco a poco dándole un poco de vueltas te das cuenta de que es verdad, es ese camino, ese costoso camino hacia la meta es lo que nos hace mantenernos fuertes y luchar por eso que creemos querer conseguir, subrayo CREEMOS QUERER conseguir. Es como una diversión digámoslo así, es divertido tener un reto tener una carrera por la que competir y te cree el hilo de la ilusión.

¿Qué pasa cuando sientes que LO tienes? que te cansas, que ya no lo quieres, más bien quieres perderlo. Esto es por que hemos llegado a ese punto de felicidad que creíamos querer conseguir y ahora ves que no lo valoras como lo pensabas antes de conseguirlo.

Y es así con todo señores, triste, pero así.


viernes, 16 de agosto de 2013

Un suspiro de vida

Ella quería sentirse libre, entre las secas montañas y la suave brisa del mar se difuminaba un sentimiento grande, fuerte, tanto que es imposible imaginar que tuviera un límite.

Entre un aire musical podía sonrreir contemplando el paisaje, yendo a toda velocidad por una carretera que, aunque artificial podía fundirse con la tierra.

Sentía las alas en su espalda, surgían de su alma para elevarse a lo más alto del cielo y respirar un aire como nunca nadie lo ha hecho. Un suspiro de vida, de aire libre del viento.